martes, 15 de febrero de 2011

Literatura autoadhesiva

"Jesús es mi copiloto", "La Virgen viaja conmigo", "Yo conduzco, ella me guía". Si veo cualquiera de estos autoadhesivo en el auto que va adelante de mi, aplico discretamente el freno y me alejo del lugar en el acto. Que dice un autoadhesivo de estos acerca de la persona que conduce el auto. Dice: "Peligro, sálvese quien pueda!". Hay muchas cosas que se pueden dejar a la fé, pero conducir un auto NO es una de ellas. Esta actividad debe depender de manera exclusiva de la habilidad y reflejos de la persona que se encuentra detrás del volante y no de entes fantasmagóricos, que de ser cierta su existencia, ni siquiera están en nuestro mismo plano astral! Que espiritual: el tipo va a cambiar de carril y como Jesús va con él entonces ni mira el espejo. "Señor en tus manos dejo esta maniobra y el semáforo en amarillo que sigue."
Además, en la época de Jesús no habían autos, cómo va a saber manejar? Tampoco se debe saber el código nacional de transito. Ya me lo imagino asustado en el asiento del pasajero halándome la manga de la camisa: "Despacio hijo mio, el agua del restaurante no se va a convertir en vino sino hasta que yo llegue."
Supongo que la Virgen como copiloto puede ayudar a administrar el dinero de los peajes:
Yo: Virgen!
La Virgen María: Que paso?
Yo: Que careros, este esta de $6.300, le subieron resto!
La Virgen María: Quiere sencillo o le doy el de $10.000?
Yo: Deme el de $10.000.
(Más adelante)
Yo: Virgen!
La Virgen María (se despierta de su siesta): Otro peaje? Tan pronto?
Yo: No marica, casi cojo a un perro!

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